He caído en la conformidad,
Mala costumbre del mortal,
Al punto de creerme plebeyo,
Y de engreírme fatalmente,
De las glorias indecentes,
Con fanfarrones fugases,
Y experiencias precoces.
No he aprendido nada,
Al hacerme más vulgar,
Podríamos, mejor decir,
Que fui un híbrido,
Un bárbaro sin país,
Sin clan y sin caballo,
Sin corazón, desalmado,
Mas bien un apático,
Un desempleado,
De la vida y las responsabilidades,
De alguien que vio mil mares,
Y no se echó a la mar,
Por la simple y sencilla razón,
De que no supo como amar.
Y es tan extraño,
Volver a comenzar,
De plebeyo a patricio,
De tinta a poesía,
De cadáver a cuerpo,
Y de sombra a espíritu…
Quiero volver a la vida,
La sangre llama,
La sangre tinta,
Divina poesía.
A los que hemos perdido el rumbo de nuestras vidas, alguna vez.